REFLEXIONES SONRIENTES

Hace unos días intercambiaba correos electrónicos con uno de nuestros amigos y le envié un beso...



Entonces le dije que antes de nacer, antes de convertirnos en niños, éramos angelitos en el cielo. Cuando nacíamos, de angelitos nos transformábamos en niños, crecíamos, transformábamos a otros angelitos en nuestros hijos, envejecíamos y, al morir, regresabámos al cielo como si fuéramos niños y volvíamos a ser angelitos.

Entonces, allí en el cielo, nos encontrábamos y él me daba un besito de niño y de angelito.



En ese momento recordé que cuando yo era una niñita y vi a un niño y vi que yo no pero él sí, tenia un pitico y una bolsita entre sus muslitos... me sentí extraña y defraudada... sobre todo porque yo no podía orinar de pie y yo no podía competir con otros niños para ver quien orinaba más lejos. Para orinar tenía que agacharme y ni hablar de competencia alguna.



Traumas de la primera infancia cuando una comienza a descubrir o hacer consciente la diferencia entre las niñas y los niños. Nosotras no tenemos nada y ellos tienen una bolsita y un lindo pitico. ¡Y qué lindos son los piticos de los niños!

Después nos descubrimos nuestro huequito y aprendemos que somos niñas y no niños. Y crecemos y empezamos a explorar nuestro huequito y a sentir cosas nuevas y gratas cuando nos entramos un poco uno de nuestros deditos como mismo hacen los niños con sus piticos.

Crecemos y crecemos y somos púberes y adolescentes y sentimos cosas más raras pero muy raras y empezamos a experimentar placer, nosotras con nuestros huequitos y los niños con sus piticos. Y ya jóvenes adultos, cuando nuestros pechos y nuestros huequitos y los piticos y la bolsita de ellos han crecido, hacemos por primera vez el amor hembras y varones y entonces, solo entonces, nos damos de cuenta que nuestros huequitos están hechos para recibir los piticos y nosotras disfruta de sus piticos dentro de nuestros huequitos y ellos disfrutar de nuestros huequitos con sus piticos dentro.

Es tan hermosa la sexualidad humana y es tan sublime la sexualidad en los niños.

Armienne.



--Solo el amor convierte en milagro al barro.